A nivel personal dejo atrás muchos recuerdos que comenzaron con nuestra primera comparsa en 1987, no voy a hablar de mis sentimientos, de mis amistades, de todo lo que el carnaval me ha dado, y en ocasiones quitado, porque posiblemente necesitaría varios días, pero si quiero, aunque no salga nuestra comparsa, que este blog sea el escaparate, que hoy día nos brinda las nuevas tecnologías, para ir poniendo en él todos esos recuerdos que tengo guardados en forma de fotos, letras y curiosidades de nuestra comparsa en particular y del carnaval de cartaya en general.
A todos los que durante estas agrupaciones habéis estado a mi lado solo deciros que gracias por estar ahí, con vosotros he aprendido a tomar lo bueno de la gente, a olvidar lo malo y a tratar en esencia a las personas, eso sí cada uno de su padre y de su madre, y aunque en ocasiones no estuvimos de acuerdo en todo, hasta de eso aprendí.
Como decía una de nuestras letras “valió la pena el regreso” aunque las circunstancias han hecho que el preparar una comparsa me traiga, hoy por hoy, más quebraderos de cabeza que felicidad; El carnaval es para disfrutar y yo este año no lo hice todo lo que debía.
Como dice un buen amigo mío la esencia del carnaval no es el disfraz, un premio, los días de teatro o la calle, todo eso se esfuma o solo queda gravado en fotos o videos, la verdadera esencia de una agrupación es la convivencia de 4 meses de ensayo sabiendo disfrutar de la amistad de los que te rodean, del valor humano de las personas, esos son los recuerdos que quedan grabados en el corazón para toda la vida.
Un ensayo debe ser algo que se espere con ganas, no una obligación como lo estaba siendo para mucho de nosotros, un ensayo a las diez de la noche, debe de ser la única “físico o química”, el único “paraíso” aunque no tenga tetas, el mejor gol aunque no sea de champións o el “cuéntame” como te ha ido el día.
Como dice un gran autor de carnaval, cuando se decide sacar una agrupación hay que tomárselo como ir a pescar “Pescar no es volver a casa con el canasto lleno. Uy, no!. es pasar un ratillo agradable con el fresco de la tarde a la noche, tomarme un tintito de verano o refresco (en nuestro caso unos aguardientes), charlar con alguien de mil cosas y disfrutar del sonido del mar tranquilo a los pies. Vivir todo eso que rodea al anzuelo y la “carná”. Y la caña a lo suyo.
Eso es pescar, Y, sobre todo, si pican o no pican… el problema siempre lo tienen los peces. No tú. ¿Hacer una comparsa?... pues lo mismo. Si piensas en otra cosa posiblemente te diga la parienta cuando llegues: “Ojú, qué carita traes, picha!”…..(j.l.Bustelo)
En cuanto a lo de volver, creo que la comparsa de los niños, nunca se ira de nuestro carnaval, porque los que como nosotros, hemos estado durante mucho tiempo en la fiesta, además de forma apasionada por ella, no podemos borrar así y de un plumazo todo lo que nos rodeó.
El Carnaval ha sido un modo de vida y sólo se vive una vez por eso, yo al menos, no cerraré la escotilla que me permita volver a embarcarme, eso sí siempre que sea para echar un buen ratito de pesca, mientras tanto este marinero se quedará en tierra.
Para empezar, aquí os dejo una letra inédita de nuestra comparsa el regreso dedicada por nuestro letrista a todos nosotros
A Mi Comparsa
Gracias por desempolvar
el baúl de los recuerdos.
Gracias, porque con tu voz
despertaron ya del sueño
donde los tenían dormidos
once años de silencio.
Gracias, porque aún tenéis
alma de niño en el cuerpo
que sueña noche de reyes
donde el aplauso es el premio.
Gracias por cantar verdades
sin herir los sentimientos.
Cierro los ojos y veo
a un chinito amarillento
y al abrirlos nuevamente
ante mis ojos contemplo
a un hombre que está cantando
a los niños que se fueron,
como se van los suspiros
por los caminos del viento.
“Porque ahora me ven mis hijos
(dice la copla en un verso)
se me anuda la garganta”
Y al escucharte yo pienso:
“Qué nudo no tendré yo
siendo padre y siendo abuelo”
Gracias, porque me habéis dado
para la vejez recuerdos
que nadie podrá quitarme
por llevarlos tan adentro.
Gracias, porque habéis parado
con vuestras coplas el tiempo.
Por eso y por tantas cosas,
por los disgustos y nervios,
por tantas horas de ensayo
y por compartir mis sueños,
quiero decirte comparsa:
¡Valió la pena el regreso!.
El letrista
